Cómo funciona el 'zoombombing'
De todos estos problemas, el que más relevancia está cogiendo es el 'zoombombing'. Por la configuración y diseño de la plataforma, usuarios desconocidos se pueden sumar a una videollamada si disponen de la URL de esta y si el anfitrión no ha tomado las medidas de protección necesarias. ¿Resultado? Decenas de incursiones de desconocidos en videollamadas. En muchas situaciones para ofender a niños, grupos religiosos o similares.
Además de estos ataques "activos", también se puede dar una incursión más "pasiva" donde el atacante pase desapercibido si es una videoconferencia lo suficientemente grande con decenas de personas. De este modo puede conseguir información de la videollamada o grabarla sin el permiso de los demás.
La mayoría de los ataques en Zoom sin embargo no son por carencias de seguridad en el servicio, sino más bien por la falta de opciones de privacidad o la configuración incorrecta de estas. Si una videollamada se establece como pública, es evidente que cualquier persona puede entrar disponiendo del enlace. Por lo tanto, depende mucho de cómo el anfitrión configure la videollamada y de la responsabilidad de los huéspedes de compartir los datos o no. La duda que surge es si Zoom hace lo suficiente para mitigar estas incursiones.